En respuesta a los cada vez más oscuros prospectos, están emergiendo nuevas formas de solidaridad mundial y transnacionalmente. La gente se está levantando para proteger sus recursos acuáticos, como hicieron en Bolivia en contra de la Corporación Bechtel, cuyas ventas son dos veces el Producto Interno Bruto de Bolivia. Bechtel presentó una demanda en contra de Bolivia después de que Bolivia canceló un contrato de privatización del agua. Pero Bolivia ha encontrado compañía interesante. El 1 de Julio de 2002, la Junta de Supervisores de la Ciudad de San Francisco, en dónde Bechtel tiene su cuartel general, aprobó una resolución en solidaridad con el pueblo de Bolivia, y le pidió a Bechtel retirar la demanda.2 Lenta y tentativamente, y en oposición a la globalización militarista dominada por las corporaciones, está emergiendo una lucha por la democracia global y la supervivencia.
Las desigualdades globales, y la represión que requieren para su mantenimiento, han sido comparadas crecientemente con el apartheid Sudafricano operando a una escala global - esto es, un apartheid global. Como lo ha señalado Richard Falk en su análisis de la globalización, los hechos son tan convincentes que la analogía se le ha sugerido incluso a los pensadores del "establishment":
La respuesta de Schelling, que él mismo encontró "aturdidora y deprimente," fue que un estado mundial bajo las condiciones presentes se parecería a Sud África bajó el apartheid. Pero las unidades políticas del sistema mundial son los estados, quienes tienen nacionalidades dominantes, cuyo lugar en el esquema mundial es análogo al de los Blancos en el apartheid Sud Africano. En este sistema, las fronteras son instrumentos de segregación. La lucha por la democracia en una sociedad global es, por lo tanto, en formas esenciales el equivalente global de una lucha por los derechos civiles y por la desegregación.
El período desde que cayó el Muro de Berlín ha visto la intensificación de la globalización dominada por las corporaciones, incluyendo la creación de una nueva entidad supranacional, la Organización Mundial de Comercio, para complementar al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI). Estos cambios han arraigado la dominación del capital multinacional sobre la gente. Ha habido crecientes restricciones para la movilidad de la gran mayoría de la gente en el mundo. El sentimiento anti-inmigrante ha aumentado y nuevas leyes draconianas en contra de los inmigrantes, documentados o no, han sido aprobadas, aún cuando los poderes Occidentales demandan que los países del Tercer Mundo se abran al capital y las mercancías de Occidente. Los muros al interior de la Unión Europea se han venido abajo como parte del mismo proceso por el cual los muros en contra de la mayoría de la gente del Tercer Mundo se han hecho más altos y sangrientos.
Esta dinámica es característica de la idea de libertad del apartheid, una libertad excluyente reservada para unos cuantos selectos. Los Afrikaners partidarios del apartheid ejemplificados por Dominee Nel, los Euro-Americanos que bajo la rúbrica del Destino Manifiesto clamaban un derecho otorgado por Dios para ocupar los Estados Unidos continentales y conquistar, confinar, expulsar o matar a quienes se pusieran en el camino (Indígenas Americanos y Mexicanos), y los puntos de vista del Senador Beveridge que extendían esas ideas más allá de los océanos son todas ilustraciones de la escuela ideológica que dice que la libertad es divisible y selectiva.
Para ellos la supuesta falta de algunas cosas es suficiente para justificar conquista, expropiación, explotación y aún genocidio -- aptitud, civilización, modernidad, Cristiandad, supuesta deficiencia en la inteligencia debido al tamaño de los cerebros o los cráneos (un argumento aplicado también a las mujeres en la última mitad del siglo diecinueve), la posesión de demasiado de algo (tal como la melanina) o demasiado poco (tal como tecnología). En otras palabras, este concepto de libertad está basado en la desigualdad para la cual una variedad de sanciones terrenas y divinas han sido inventadas. Crea opciones, prosperidad, y movilidad para algunos, al costo de limitarla o reducirla para otros, generalmente con alguna cubierta racionalizante y moralista. Podríamos llamar a esto la escuela apartheid de la libertad. Otra característica de esta escuela es que a menudo los unos cuantos elegidos claman que la prerrogativa de la libertad excluyente es en realidad para el beneficio de los subyugados -- trayendo democracia, tecnología, modernidad (simbolizado a menudo de forma reveladora no por la ciencia y la racionalidad; sino por McDonalds y Coca Cola) logrados a gran costo para los unos cuantos elegidos (la "Carga del Hombre Blanco", "la ayuda para el desarrollo", y demás).
El núcleo de cualquier forma de apartheid, sea local o global, es la reivindicación del poder por parte de los privilegiados, bajo una capa de superioridad, con el propósito general de asegurarse beneficios económicos desiguales, acompañándolo a menudo con la racionalización de que, después de todo, es para el beneficio de aquellos que están siendo dominados.
Tal privilegio no puede ser mantenido por largo tiempo sin la amenaza y el uso de la violencia, la intimidación y el temor que crean exclusión de raza, casta, nacionalidad o género. Ya que los Estados Unidos conducen ahora la perpetuación del apartheid global, es importante considerar la especificidad de los antecedentes históricos de los EE.UU. al respecto. (No es que cualquier otra potencia usando cualquier otra religión o ideología lo haría mejor. Hay amplia evidencia, pasada y presente, de que no lo haría.)
Fue en el tiempo de Andrew Jackson que el fervor por arrancar tierras en el nombre de Dios, la Cristiandad y la civilización, que pronto sería conocido como "Destino Manifiesto", alcanzó niveles de fiebre, dándole al nacionalismo de los EE.UU. una expresión más amplia, militarista y mesiánica, que es muy evidente hoy en día. De hecho, el uso del término "nación" para describir a los Estados Unidos se hizo popular entre los norteños durante el apogeo del Destino Manifiesto como la palabra en clave de una expansión sólo para los Blancos a expensas de los Indígenas Americanos. En el mismo periodo el "federalismo" llegó a ser la palabra en clave para la afirmación por parte de los sureños de sus prerrogativas como dueños de esclavos a expensas de los Afro-Americanos. La democracia Jacksoniana extendió el sufragio a los hombres Blancos sin poner atención a la propiedad, pero lo hizo sobre sendas cubiertas con lágrimas, tratados rotos y sangre.
Hubo un tiempo en que los colonos Europeos estaban aterrorizados por la idea de violencia por parte de los Indígenas Americanos, tal como los propietarios de esclavos del Sur, atentos a la revolución Haitiana, estaban aterrorizados por la idea de una revuelta de esclavos. Y estos dos tipos de violencia ocurrieron, a veces con una ferocidad terrible en contra de inocentes. El pequeño ejército de esclavos rebeldes de Nat Turner, anhelando ser libre, no sólo mató a hombres dueños de esclavos, si no también a mujeres y niños, en la noche en la que decidieron sería el inicio de su guerra de independencia. Los Indígenas Americanos en sus valientes guerras de resistencia a la conquista Europea no sólo pelearon con soldados; de tiempo en tiempo también trajeron terribles actos de violencia sobre los colonos y sus familias.
Hacer notar que esta violencia tenía sus raíces en y era una reacción a la violencia e injusticia de la esclavitud y el genocidio iniciado y sostenido por un sistema invasor y opresivo que negaba la humanidad de los esclavos y los Indígenas Americanos no es una racionalización de tal violencia, sino más bien la afirmación de una verdad histórica. Aquí están tres ejemplos de las privaciones y el terror que experimentaban los esclavos, tomados de la vida de Fredrick Douglas, tal vez el más conocido de los contemporáneos Afro-Americanos de Nat Turner:
1. Acerca de los padres:
2. Sobre una tía:
3. Sobre el trabajo:
La esclavitud y casi-esclavitud continuaron en el siglo veinte, en la Unión Soviética de Stalin, en la Alemania de Hitler y en el capitalismo global en donde aún es frecuente. Entra en la economía global en una variedad de formas, desde la seda hasta el sexo. Por ejemplo, un millón de niños y niñas son obligados a entrar al comercio sexual internacional cada año; muchos de ellos son "comprados y vendidos como bienes muebles" en lo que es un negocio global multi-billonario.
Estos retratos históricos y actuales del capitalismo global se reflejan en los datos agregados de la sociedad y economía global como un apartheid global. El cuadro 1 muestra los indicadores económicos y sociales del tiempo en el que el apartheid en Sudáfrica estaba todavía en su apogeo - a mediados de los 70s.
Por supuesto que los datos estadísticos de un sólo año no muestran la dinámica histórica total. Esa es una empresa mucho más grande, cuyos elementos se han hecho más claros a la vista ahora que se ha levantado la niebla creada por la confrontación entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Por ejemplo, en su libro Late Victorian Holocaust (El Holocausto Victoriano Tardío N de T.), Mike Davis nos provee con considerable evidencia de cómo la confluencia del imperialismo Victoriano y el clima produjeron hambruna y muerte inmensas desde Brasil, hasta la India y China. (Las fotografías revelan la grave naturaleza de la situación en la India). En el mismo período, la segunda mitad del siglo diecinueve, el abasto de alimentos estaba mejorando en Europa Occidental y en las extensiones de Europa, principalmente en Norte América, los salarios estaban subiendo y las diferencias en las condiciones diarias de vida entre el pueblo trabajador del Occidente y aquellos en las colonias estaban creciendo.Esa comida venía de las tierras a donde Europa exportaba a su población sobrante, de colonias como la India y, en el caso de Alemania, de una Rusia en una severa crisis de endeudamiento, con el Zar vendiendo comida para pagar por armas, por aventuras imperiales y por lujos para una pequeña élite.
Bajo tales circunstancias la población de Europa Occidental y de sus extensiones se expandió rápidamente, al principio sin un aumento concomitante en salarios (Ver la figura 1.) Después de la Revolución Francesa y la invención de la máquina de vapor, el imperialismo y la tecnología se combinaron para posibilitar la exportación masiva de la pobreza y la re-organización histórica de la fuerza de trabajo mundial para incluir el comercio en mercancías a granel. De mediados del siglo diecinueve en adelante hubo una destrucción sistemática de las economías locales en el Tercer Mundo y su re-orientación para servir a los requerimientos del Occidente, en un patrón que continua hasta hoy en día.
El único descanso en estas tendencias llegó con la creciente demanda por independencia en el Tercer Mundo, en una variedad de métodos que fueron desde las revoluciones violentas hasta el método no-violento de Gandhi. Fue en este período que la población del Tercer Mundo comenzó a crecer de manera similar a la de Europa desde los 1500 en adelante. Cuando las dinámicas de población se ven a través de los lentes del desarrollo del capitalismo en lugar del conjunto de todo el mundo, como muchos ambientalistas han tendido a hacer, producen una foto diferente. El vasto incremento de la población Occidental y las tierras que ocupaba entre 1500 y 1900 fue acompañado por el desarrollo de una tecnología y cultura de consumo ilimitado para todos, basadas esencialmente en las ideas de consumo ilimitado para los reyes y faraones del pasado. En el período que va del inicio del capitalismo, alrededor del 1500, al inicio de las luchas por la libertad (inicios del siglo diecinueve) la población del Occidente creció casi el doble que la de la India, China y África. (Ver-Cifra 1)
Ese crecimiento estuvo acompañado por un sistema económico destructor de ecosistemas que está en el centro del sendero insostenible y ecológicamente desastroso en que el mundo está hoy en día. En otras palabras, la conexión entre población y medio ambiente tiene que volverse a proyectar en el contexto técnico e histórico del imperialismo y los movimientos de independencia.
Las cifras 1 a 3 muestran los índices históricos de población, la importación de granos al Reino Unido, y comparación de salarios -- aspectos esenciales en el desarrollo del apartheid global. Desde el siglo quince hasta finales del siglo diecinueve, la movilidad de grandes cantidades de gente era hecha por los Europeos, como cuando migraron al Hemisferio Occidental, o bajo su control, como lo ejemplifica el comercio de esclavos y el transporte de trabajadores por contrato. El surgimiento de movimientos de independencia, una cultura global más integrada al nivel de las élites y el alza de los salarios en el Occidente que dio origen al imperativo de importar mano de obra barata, condujo al movimiento de gente del Tercer Mundo hacia el Occidente. Cuando éstas cantidades empezaron a crecer, los frenos al movimiento de los pobres crecieron con ellas, hasta que el sistema moderno de pasaportes y visas y restricciones a la movilidad de los pobres se ha transformado en una enorme burocracia militarizada, imponiendo fronteras de una manera no muy diferente a la de los dueños de esclavos que usaban el poder del estado para capturar fugitivos.
Cuadro 2: Importaciones Netas Per Cápita al Reino Unido, 1750-1980
Cuadro 2: Basado en la información presentada en International Historical Statistics: Europe 1750-1988, Table C10. Mitchell, 1992. Las Leyes del Maiz restringieron las importaciones de granos a Inglaterra para mantener altos los precios.
Cuadro 3: Basado en la informacion presentada en Oil Prices and the Crises of Debt and Unemployment: Methodological and Structural Aspects, Figure 1, Makhijani, 1983; Rethinking Wages and Competitiveness in the Eighteenth Century: Britain and South India, Parthasarthi, en Past and Present: a journal of historical studies, No. 158, February, 1998; Real Wages and Relative Factor Prices in the Third World before 1940: What Do They Tell Us About the Sources of Growth, Table 1, Williamson, October 1998; Real Wages in Europe and Asia: A First Look at Long Term Patterns, Allen, 2001.
Aboliendo las fronteras
Maria Jiménez, miembro de la Mesa Directiva de la Red Nacional por los Derechos de Inmigrantes y Refugiados, ha señalado el papel de las fronteras nacionales en la economía global de una manera que evoca las restricciones de vigilancia aplicadas a los esclavos.
Las siguientes observaciones son parte de un artículo no publicado que ella compartió conmigo:
Establecer fronteras para la fuerza de trabajo internacional hace que sea difícil para grandes cantidades de trabajadores dejar las áreas consideradas "favorables" para el establecimiento y expansión de unidades transicionales de producción tales como las plantas de ensamblado... Mantener esquemas regulatorios que garanticen el control y la desigualdad de movilidad es esencial para ésta estrategia de ganancias altas y salarios bajos. Por esa razón, el uso de la fuerza armada, las agencias de vigilancia de la frontera, la inclusión de los militares, y la violencia institucional son [un] aspecto necesario de la estructura económica global para imponer el cumplimiento de las políticas de inmigración y control de fronteras. De hecho, la combinación del desarrollo económico global, la integración militar y la negación de los derechos de las poblaciones desplazadas, doméstica e internacionalmente, reproduce un sistema de esclavitud de facto para los sectores económicos y sociales marginados, particularmente los migrantes internacionales.
Por lo tanto, no son sólo las fronteras Estalinistas las que fueron diseñadas para reprimir a la gente al mantenerlas adentro. Las fronteras del apartheid global, diseñadas,- para mantener al pobre afuera de las regiones en donde la riqueza del mundo ha sido acumulada, son también efectivas al mantener a la gente en las áreas de bajos salarios a las que el capitalismo global las ha confinado.
Esta realidad es completamente visible a lo largo de la frontera de los Estados Unidos con México. Para mantener estas fronteras de exclusión y confinamiento es esencial la cooperación de las élites políticas y empresariales a través de las fronteras estatales, aunque sucedan algunas tensiones entre las élites, como por ejemplo entre los gobiernos de México y los Estados Unidos. Los Estados Unidos y otros países Occidentales que han apreciado las democracias en casa, en éstas regiones han patrocinado, rutinaria y sistemáticamente, regímenes clientelares que pueden competir entre los más sangrientos en la historia humana.
Hoy los Estados Unidos están usando las fronteras como una herramienta en la "Guerra contra el Terror." Pero, sea con intención o sin ella, el medio de ésta guerra se ajusta a la ideología del Destino Manifiesto. El hecho de que los terroristas que cometieron los asesinatos colectivos del 11 de Septiembre del 2001 eran visitantes de los Estados Unidos bajo premisas falsas ha sido usado para crear una guerra perpetua y una enorme burocracia de "seguridad del territorio nacional". Esto ha tendido a crear una mancha indiscriminada en los extranjeros, incluyendo a los estudiantes, inmigrantes, Árabes (de todas las religiones), y Musulmanes. Es un punto de vista peligroso que implícitamente, por lo menos, falla en reconocer que un terrorista Euro-Americano desarrollado en casa, como Timothy McVeigh, quien tenía una gran cantidad de compañía ideológica y racial en los Estados Unidos y Europa, podría tener mucho en común con terroristas extranjeros. En lugar de esto, los terroristas de origen Euro-Americano y Cristiano, como McVeigh o los niños que masacraron a sus compañeros de clase en la escuela Preparatoria de Columbine, Colorado pasan a ser excepciones, personas que se han desviado como individuos y diferentes de la mayoría. En contraste, estereotipar es la base de la red de espionaje, arrestos, encarcelamiento sin cargos, deportaciones y otras violaciones de los derechos humanos de la gente, especialmente de Musulmanes y Árabes, quienes están pasando a tipificar la Guerra contra el Terror.
Esta aproximación es contraproducente y peligrosa para la libertad. Ignora o minimiza factores que son centrales para la reducción del riesgo terrorista y para el aumento y difusión de la libertad, incluyendo los siguientes:
- La búsqueda de terroristas es un búsqueda de uno-en-un-millón en la que el compromiso y la libre participación de la gente alrededor del mundo y la diversidad total de la gente de los Estados Unidos es necesaria;
- Uno de cada cinco niños en los Estados Unidos vive en una familia con al menos una persona extranjera, por lo tanto, instigar temor a los extranjeros, en lugar de proveer seguridad e inspirar colaboración voluntaria mediante una conducta respetuosa, tiende a inhibir el flujo de información potencialmente vital;
- La prosperidad e incluso el funcionamiento de la economía de los EE.UU. depende de los inmigrantes, desde los campos de fresa hasta el Valle del Silicón, las universidades y los hospitales, desde las plantas procesadoras de pollo hasta los laboratorios de investigación y desarrollo en las grandes corporaciones,
- Las amenazas de guerra son capaces de causar que los que son relativamente fuertes se armen, los débiles se vuelvan mas resentidos y piensen en adquirir armas nucleares como una respuesta al poder de los EE.UU.; y los aliados lleguen a estar confundidos, alarmados y posiblemente no cooperativos.
La naturaleza contraproducente de la Guerra contra el Terror salta a la vista después de dos guerras y más de un año y medio. Osama bin Laden y muchos de sus altos oficiales todavía están en libertad. El (o los) perpetrador de los ataques de ántrax en los Estados Unidos en el 2001 tampoco está bajo custodia. Los gobiernos de dos de las cuatro provincias de Pakistán están ahora bajo el control ó la fuerte influencia de fundamentalistas Islámicos, por primera vez en la historia de Pakistán.
La urgencia de la búsqueda de Osama bin Laden y el hombre-del-ántrax ha cedido. Tomó el asiento trasero en relación con la Guerra en Irak. Una revisión desapasionada puede concluir que muchos de los elementos con más alta prioridad en la Guerra contra el Terror tienen muy poco sentido como esfuerzo anti-terrorista. Pero se acomoda mucho mejor con la aspiración imperial de crear una vasta presencia militar para controlar, entre otras cosas, los recursos petroleros y de gas más importantes del planeta.
Hay algunas excepciones a estas restricciones a la movilidad. En cierta medida, la migración de las élites es bienvenida en el Occidente, especialmente la de gente joven y capacitada que llenará las profesiones que tengan escasez de mano de obra (aunque en un despliegue de valores familiares capitalistas, sus familias rara vez son igualmente bienvenidas). El costo de su educación constituye una fuente enorme y no computada, de ayuda externa del Tercer Mundo hacia el Occidente. También están los trabajadores que llenan los trabajados indeseados con bajos salarios. A ellos también se les deja entrar aunque sea con más renuencia. La concentración de los recursos del planeta en el Occidente, la independencia del Tercer Mundo y el aumento en los medios de movilidad también han significado que enormes cantidades de gente quieran ir a los lugares en donde los recursos financieros y las oportunidades en el planeta están concentrados.
Estas y otras características de la economía global, que distinguen la migración más moderna y las fronteras modernas con relación a la esclavitud, no cambian el papel esencial y violento de las fronteras en profundizar la separación entre las áreas de bajos salarios y las áreas de salarios altos, de manera que el capital pueda moverse a través de las fronteras para explotarlos con salarios que son mantenidos muy por debajo de la productividad del trabajo en relación a los países capitalistas. El matrimonio del poder armado del estado con el poder financiero de las corporaciones en el contexto del libre flujo de bienes y capital y el flujo restringido de trabajadores es antitético a la igualdad y la libertad humana. También conduce al mundo en una dirección opuesta a la que se necesita para alcanzar un sistema de gobernabilidad, desde lo local hacia lo global, que asegurará que el código moral que se espera de los individuos, por ejemplo en la forma del respeto por la vida del vecino y de las generaciones futuras, también se aplica a las instituciones humanas, especialmente a aquellas más poderosas, los gobiernos y las corporaciones.
La base jurídica para una meta así ya ha sido creada en su mayoría, por lo menos en teoría, en el reconocimiento de que todos los seres humanos tienen igualdad de derechos. Esto ha sucedido alrededor del mundo durante los últimos dos siglos y medio en el transcurso de las luchas de gente común por libertad e igualdad y en contra de la esclavitud, el colonialismo, la dominación masculina y la intensa explotación económica. La mayoría de estos instrumentos legales data de la última mitad del siglo veinte, cuando los movimientos por la libertad en Asia y África alcanzaron éxito en cierta medida y el imperialismo como ideología entró en disputa. Pero, tal como lo señala Jiménez, ninguna de estas declaraciones, incluyendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, afirma el derecho a la movilidad global para la gente del mundo:
En las leyes, normas y valores internacionales todavía se acepta que un estado-nación pueda positivamente discriminar, dar trato diferente y restringir los derechos de aquellos no aceptados como ciudadanos.
En cuanto al derecho humano a la movilidad, puede valer la pena notar que los pueblos indígenas de este hemisferio [Occidental] disfrutaban y ejercían este derecho antes de la conquista Europea. Hay otros ejemplos -el movimiento de muchas gentes a la Meca proveía de un intercambio de ideas que condujo a avances tecnológicos. Aún los movimientos históricamente más masivos -los Europeos hacia las Américas- condujeron a un avance en la tecnología y aún a la base de los conceptos modernos de democracia y libertad.
Son las restricciones a la movilidad mediante el uso de la fuerza las que son inherentes en la sumisión, el control y la integración de las poblaciones dentro de las estrategias de explotación económica de la fuerzas de trabajo. Fue el uso de la fuerza militar la que obligó a las poblaciones nativas en Norte América a ser confinadas en las reservaciones y en América Latina, a las encomiendas. Fue el uso de la fuerza militar la que llevó a la esclavitud de la población Africana que condujo al crecimiento económico de las élites conquistadoras. El uso de la fuerza militar es una indicación tácita de la alta prioridad atribuida por las élites en su búsqueda de dominación y riqueza.4
Esta falta de vigencia (posición) jurídica de un derecho a la movilidad a través de las fronteras tiene grandes implicaciones para la mayoría de la gente del mundo. Por ejemplo, el Artículo 23 de la Declaración Universal habla de los derechos de los trabajadores, tales como "pago igual por trabajo igual." Pero, mientras que el derecho a ganar pago igual por trabajo igual ahora es reconocido en muchos países, por lo menos en teoría, la desigualdad en el pago a través de las fronteras todavía está permitido legalmente -de hecho, a menudo es promovido y celebrado como una "ventaja comparativa."5
Considere el derecho de asilo como otro ejemplo. Esta era la ruta práctica para escapara la opresión de ser forzado a permanecer dentro de las fronteras. Pero se ha erosionado considerablemente desde que su utilidad anti-Soviética, y anti-comunista para el capitalismo está casi acabada. En la ausencia de un derecho global a la movilidad, el reconocimiento de la Declaración al derecho de la gente a dejar su país o a buscar asilo se ha vuelto, para los oprimidos en el capitalismo global, el equivalente de la proverbial ley que prohíbe igualmente al rico y al pobre dormir bajo los puentes.
Richard Falk, en su libro Predatory Globalization (Globalización Depredadora, NdT) ha articulado de manera brillante el aspecto legal del derecho a la movilidad global. La comunidad mundial, incluyendo a sus gobiernos, consideraba el apartheid Sud Africano como un crimen contra la humanidad. Había un tratado internacional que codificaba ese crimen y detallaba sus particulares. Uno podría preguntarse entonces, ¿por qué no se le debería considerar similarmente al apartheid global? Si la asistencia al apartheid Sud Africano, aunque fuera legal bajo la ley Sud Africana, era considerado como un crimen bajo la ley internacional, entonces por qué deben ser consideradas diferentes las leyes nacionales que confinan al pobre al equivalente global de los "bantustans" creados por el apartheid? Después de todo, tal como lo señala Falk, el Artículo 28 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos le da derecho todos en el mundo a "un orden social internacional en el que los derechos y libertades establecidos en esta declaración puedan ser plenamente realizados." Cuando se le ve de esta manera, la demanda del derecho a la movilidad humana en un sistema de apartheid global es una demanda para terminar con la segregación global- es esencialmente la contraparte mundial de la terminación de la segregación aplicada violentamente en Sud África y vigente en los Estados Unidos no hace mucho tiempo.
¿Pero cuál es el proceso práctico por el que este derecho puede ser alcanzado? Esta claro que no va a realizarse de un día para otro. Yo creo que no puede realizarse separado de otros aspectos de la lucha por la paz y la justicia - por el desarme nuclear, por trabajos decentes, por protección para el planeta de las crecientes emisiones de gas y el efecto invernadero, por la igualdad de las mujeres en todas las sociedades. Pero seguramente nunca se le alcanzará si nunca se le formula.
Por supuesto que la formulación de la demanda no resuelve el problema del proceso de llegar ahí. Cuando uno revisa los resultados de tres grandes luchas no-violentas del siglo veinte - en la India, en Sud África y en el Movimiento de Derechos Civiles en los Estados Unidos- el problema crucial acerca de la aplicación de los principios Gandhianos se vuelve evidente. Aunque el amor es necesario para la libertad e igualdad universal, no es suficiente. La pieza de evidencia más resistente e importante es esta: El amor de las madres no ha sido suficiente para prevenir que los hombres en su colectividad se vuelvan los opresores de las mujeres.6
O consideremos la esfera política. Por ejemplo, el amor que Gandhi pregonaba por y mostraba hacia los Británicos, no fue suficiente para prevenir la política de dividir y conquistar por parte de los Británicos; y mucho menos persuadió a los gobernantes de Bretaña de derribar las murallas que todavía mantienen fuera de Bretaña a los herederos de la gente que el imperialismo Británico empobreció. En lugar de eso, hoy estas murallas son más altas y están más militarizadas. Este resultado fue tal vez prefigurado por los comentarios de Churchill acerca de Gandhi en 1931, en un tiempo en el que Gandhi estaba tratando de convencer a los Indios de amar a la gente del poder de ocupación aun mientras trataban de alcanzar la libertad de las instituciones imperiales:
Es alarmante y nauseabundo ver al Señor Gandhi, un abogado sedicioso de Middle Temple, posando ahora como fakir de un tipo bien conocido en el este, andar medio desnudo por los escalones del palacio virreinal para parlamentar en términos de igualdad con el representante del Rey-Emperador, mientras que todavía está organizando y conduciendo una campaña de desobediencia civil.
Como puede un ejercicio más necio, amoroso y exitoso de no-violencia crear un proceso por el cual los poderosamente armados dejarán sus instrumentos de terror y el sistema económico explotador en cuyo servicio se ejercita ese terror oficial; es un problema sin resolver en la lucha por la democracia global.
Las semillas de la solución se pueden encontrar, creo yo, en la mano que Martin Luther King le extendió al pueblo de Vietnam y al mundo en el último año de su vida. El 4 de Abril de 1967, unió su liderazgo histórico en la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos con la lucha en contra de la guerra de los EE.UU. contra Vietnam (conocida como la Guerra de Vietnam en los Estados Unidos y la Guerra de los Americanos en Vietnam). Más aún, él dijo que estaba "crecientemente obligado a ver la guerra como un enemigo del pobre y a atacarla como tal" porque la maquinaria militar era un enorme desgaste de recursos en conflicto esencial con las necesidades humanas en casa. Y también declaró su solidaridad con la gente de Vietnam.
Un año después, en una pieza que fue publicada póstumamente, declaró su solidaridad con la gente del mundo y llamó a una "revolución en los valores Americanos.". En ella, hizo un juicio del militarismo que suena verdadero hoy en la Guerra contra el Terror:
Me parece evidentemente obvio que el desarrollo de medios humanitarios para lidiar con algunos de los problemas sociales del mundo - y la correlativa revolución de valores Americanos que esto implicaría - es una mucho mejor manera de protegernos a nosotros mismos en contra de la amenaza de violencia, que los medios militares que hemos escogido.
Esta revolución de valores está ocurriendo en rincones que todavía no han tenido mucha amplificación de los megáfonos de los medios de comunicación modernos que diariamente transmiten las amenazas de guerra hechas escandalosamente. Por ejemplo las Brigadas Internacionales de Paz, usan la mayor visibilidad de ciudadanos de países capitalistas para proteger gente en zonas de guerra en lugares como Colombia y Chipas.7 Hay esfuerzos para tratar de crear una Fuerza de Paz permanente y para oponerse al militarismo sin freno de muchos gobiernos.8 Los esfuerzos no-violentos tradicionales continúan en comunidades y países alrededor del mundo. Una bella estatua de Gandhi en la Plaza de Tavistock en Londres (ver la foto de la portada) todavía atrae respetuosa atención a su vida y sus ideas así como también flores, a pesar de Churchill (tal como lo hizo en persona, en sus tiempos en esa ciudad).
Hay millones de familias con raíces en más de un país y en más de un continente. Muchas de ellas hacen un puente sobre la brecha del apartheid global, incluyendo la frontera física más grande en ésta estructura, la frontera entre los EE.UU. y México. Para algunos esta es una fuente de temor. Para la lucha en contra del apartheid global y por la democracia global, es una fuente de esperanza. El movimiento global de mujeres, el movimiento global ambientalista y el movimiento en contra de la globalización dominada por las corporaciones están todos juntos extendiéndose más allá de la brecha del apartheid global. Trabajadores y granjeros familiares se están organizando a través de las fronteras. Los grandes sindicatos de los Estados Unidos están abandonado, o ya abandonaron sus posiciones anti-inmigrantes de no hace mucho tiempo. A pesar de las hostilidades del gobierno de los EE.UU. al protocolo de Kyoto para reducir las emisiones de gases de invernadero, el estado de California ha adoptado estándares que conducirán a una limitación de las emisiones de dióxido de carbono. En Noviembre del 2001, la gente de San Francisco votó por una iniciativa que autoriza a "la ciudad a emitir $100 millones en bonos para sistemas de energía renovable, incluyendo energía solar y de viento" en un movimiento que se ve no sólo como protector del medio ambiente sino también como un voto en contra de las inminentes guerras petroleras.
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, y Uruguay han acordado incrementar grandemente los derechos a la movilidad para todos sus ciudadanos, sin levantar más barreras en contra de la movilidad de otros, en un fuerte contraste con las murallas anti-inmigrantes del apartheid global que están siendo levantadas en Europa en el proceso de su integración interna. Tales luchas y actividades traen consigo las semillas de la deslegitimación del apartheid global de la misma manera que las manos a través de las fronteras convirtieron el apartheid Sud Africano de algo que era visto por algunos como un regalo de Dios, a un sistema social y económico inaceptable aún para la mayoría de los Blancos Sud Africanos (aunque de ninguna manera no para todos).
Pero aún, a pesar de estas indicaciones en una dirección, queda por resolver la estructura práctica de la lucha para cambiar la ecuación del poder exitosa y fundamentalmente, de manera que se pueda crear un camino para la eliminación del apartheid global. La Corte Internacional de Justicia y el principio de la vigencia de la ley basada en la justicia, la libertad y la igualdad, puede proveer un enfoque para esa lucha. El 11 de Abril del 2002, el tratado que estableció la Corte Criminal Internacional logró el número mínimo de ratificaciones para entrar en efecto. Mientras que el gobierno de los EE.UU. está insultando sus propias mejores tradiciones y socavando el tratado, sólo el hecho de su existencia y la realidad de que reconoce los crímenes de guerra en contra de mujeres como crímenes contra la humanidad, son inmensos triunfos para la libertad y la igualdad. Por primera vez hay un instrumento legal internacional basado en la idea de que todos, desde la mujer campesina más pobre hasta el más poderoso jefe de estado, son iguales ante la ley. Si ésta corte llegara a ser verdaderamente universal en su jurisdicción, sin peros, podría ser el primer paso substancial para crear un sistema jurídico que iba a incorporar la idea de Jefferson de que debe haber "un código de moralidad para el hombre, ya sea actuando sólo o colectivamente". Esto le daría, al fin, sustancia universal a su dramática y conmovedora declaración: "todos los hombres son creados iguales" y la extendería realmente, a gente de ambos sexos a través del mundo.
Este naciente ideal ya estaba en problemas en tiempos de Jefferson, simbolizado tal vez por el destino de Tom Paine. Tom Paine, el inmigrante que escribió Common Sense (Sentido Común N de T) que inspiró la Declaración de Independencia, y que echaba pestes en contra del tráfico de esclavos en 1775, murió en 1809 casi solo. A su funeral asistieron seis personas, incluyendo dos Afro Americanos y una mujer Francesa y su hijo. Ella estaba ahí, dijo, en gratitud por sus contribuciones a la libertad en Francia; su hijo era testigo de sus servicios a la libertad en los Estados Unidos. Claramente, todavía no está terminada la lucha por la libertad universal que reconocerá igualmente la humanidad de todos y todas.